Opinión

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Crecer cuidando el planeta: una responsabilidad ética

Por: Gerardo Wijnant, Responsable Impacto Nacional en Doble Impacto.

Se conmemora el Día de la Tierra, la situación del planeta dista de ser ideal y nuestro país también tiene una gran deuda al respecto, más aún en el tiempo de pandemia que nos toca vivir. Si no cuidamos y resguardamos hoy nuestros recursos naturales y ecosistemas no habrá sustento para las futuras generaciones. Tenemos una obligación moral y ética de respeto hacia ellas, que son o serán nuestros hijos y nietos, y si no tomamos conciencia, no habrá vuelta atrás.

Escuchamos de manera persistente la necesidad de lograr un mayor crecimiento económico como país y se presentan cifras, ideales para los años siguientes, pero se discute poco acerca del contenido, es decir, como estaría construida esa cifra. Sólo hablamos de un número, pero detrás de esa cifra ¿Qué hay? ¿Cómo se asegura que ese crecimiento sea sostenible y genere equidad?

Considerando el objetivo de fortalecer el crecimiento económico, es fundamental que este propósito incorpore, como contenido explícito, criterios de Desarrollo Sostenible y los priorice en coherencia con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), de manera de aprovechar el aporte de las economías sociales o nuevas economías, así como el trabajo de esquemas como la Banca Ética en respuesta a estos desafíos. 

Por tanto, se convierte en un imperativo potenciar el financiamiento y canalizar la inversión en empresas y organizaciones que ubican los criterios de sostenibilidad en primer lugar. Ese es el foco que Doble Impacto, como plataforma de soluciones de financiamiento, tiene en su camino a convertirse en el primer banco con lineamientos 100% éticos en Chile y con proyección latinoamericana.

Nuestro desarrollo como país ha sido desigual y ahora se acumulan nuevos problemas. Entonces, se hace necesario revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a disminuir brechas de equidad, compatibilizando con el adecuado cuidado del planeta. En este sentido, la Banca Ética a la que apuntamos, es un concepto bien comprendido en otras naciones desarrolladas y en Chile y América Latina asoma cada vez con más fuerza, gracias al trabajo que hemos desarrollado. La Banca Ética es una realidad cuyos fundamentos ya están integrándose y discutiéndose con fervor, porque cada vez más actores, en variados sectores económicos y sociales, comprenden que para que podamos vivir en equilibrio en este planeta es urgente que nos preocupemos de todo aquello que nos atañe, tanto internamente en la organización, como hacia el exterior, con todos nuestros grupos de contacto o stakeholders. Ese es el tipo de organizaciones que nuestro proyecto desea apoyar a través del uso consciente del dinero, canalizándolo hacia actividades de impacto positivo en lo social, ambiental y cultural.

El crecimiento económico es bienvenido, pero con el marco de referencia que nos entrega el aporte real y cuantificable hacia el bien común y el cuidado de nuestra Tierra.

Porque es sólo de esta manera que lograremos alcanzar una sociedad más digna, equitativa, inclusiva y, por cierto, sostenible en el más amplio sentido de la palabra. En esto estamos comprometidos y seguiremos con fuerza por respeto y agradecimiento a todo lo que nos entrega nuestra Tierra.


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