Opinión

OPINIÓN

Beneficios de la industrialización de los procesos constructivos

Por Lucio Ricke G., presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales – AICE.

Desde hace tiempo, se ha estado discutiendo en relación con los bajos índices de productividad que tiene la industria de la construcción en Chile, a lo cual se suman las complejidades operacionales que ha traído esta pandemia y, en ambos sentidos, la idea de industrializar los procesos constructivos parece una buena solución, considerando que se asume que tiene virtudes como optimización de procesos y uso de recursos, aumento de calidad y disminución de plazos.

Pasos importantes se han dado con el surgimiento del hormigón premezclado, las armaduras fabricadas en maestranzas, entre otros, todos procesos que han aumentado la productividad y también la calidad de las obras, porque tienen mayores controles de fabricación, considerando la normativa de cada material utilizado.

Pero cuando hoy hablamos de industrialización de la construcción, estamos pensando en el proceso completo, desde su diseño hasta el término de la obra, y para ello se requiere avanzar en planificación temprana de las obras, incorporando a todos los profesionales que intervienen en el proyecto, en capacitación de mano de obra y en definición de protocolos y normativa que establezca estándares mínimos para toda la cadena productiva que interviene en el proceso y así alcanzar la eficiencia que se está buscando.

Por ello, es muy importante la incorporación de las tecnologías BIM en la administración de los proyectos, pero aquí también es necesario avanzar en normativa que estandarice su uso y definiciones, para lograr mayor transversalidad y amplitud de aplicación.

En este sentido, es muy importante el trabajo que se está realizando en el Instituto de la Construcción, a solicitud del Minvu, en el comité que está desarrollando el “Anteproyecto de norma industrialización – Principios y definiciones generales”, donde participa una amplia gama de instituciones que aportan sus distintas miradas en la redacción de un documento que establecerá los conceptos mínimos que requiere una innovación tan importante como esta para nuestra industria.

Ahora, en nuestro caso, de manera muy especial, se requiere la incorporación del ingeniero estructural en las etapas de anteproyecto, para que desde el principio pueda aportar soluciones estructurales acordes a las demandas propias de la naturaleza de nuestro entorno y que sean eficientes en el proceso industrial de construcción.

Adicionalmente, cuando la industrialización de la construcción también alcanza elementos estructurales de una obra, se requiere que dichos elementos tengan comportamiento sísmico certificado y compatible con los requerimientos de la estructura y que sus patentes comerciales permitan al ingeniero responsable y al revisor independiente de cálculo, si es que corresponde, validar estos elementos de acuerdo a las responsabilidades que la ley exige al ingeniero estructural responsable, temas que también deben ser parte del desarrollo normativo pendiente.

En este sentido, es una muy buena noticia que recientemente el MOP oficializara la norma NCh 3417 Requisitos para Proyectos de Cálculo Estructural, que define los alcances y complejidades de los servicios profesionales de cálculo estructural, la estandarización de los procesos para quienes ejercen la profesión, indicando el estándar de servicio y la forma en que se relacionan las distintas subespecialidades o áreas de especialización del cálculo estructural, e incluye expresamente los conceptos de elementos estructurales con ingeniería previa, que serían todos los elementos que una industria externa puede proveer a la estructura resistente.

Desde la ingeniería estructural, consideramos que las estructuras en Chile han tenido un muy buen comportamiento frente a los requerimientos de sus usuarios y la naturaleza, y eso se debe a buenos procedimientos de diseño y construcción, lo cual debemos cuidar y avanzar en productividad y eficiencia, sin sacrificar en lo más mínimo la calidad y respuesta dúctil de las estructuras.


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