Junio 4, 2025
Con más de 600 proyectos inscritos, CES se ha consolidado como un referente en construcción sustentable en Chile. Ricardo Fernández, uno de sus impulsores históricos, repasa los hitos clave del sistema, su impacto ambiental y social, y los desafíos que enfrentará en los próximos años.
Ricardo Fernández ha sido parte del Comité Directivo de CES desde sus inicios, y no solo lo ha presidido en dos ocasiones: también fue presidente del Instituto de la Construcción y ha recibido el Premio CES al Profesional Destacado. Actualmente, es gerente técnico y de Desarrollo Sostenible en Volcán, y tiene una activa participación en la Cámara Chilena de la Construcción. En esta conversación, repasa la historia de CES desde una mirada estratégica y personal; analiza los avances, desafíos y proyecciones del sistema.
Uno de los puntos de partida más relevantes, recuerda Fernández, fue el compromiso institucional de la Cámara Chilena de la Construcción, que decidió medir y adecuar todas sus sedes para cumplir con los criterios de certificación. “La sede de Osorno fue la primera en lograrlo, seguida por la Escuela Anabalón Sáez en Panguipulli. Eso nos permitió demostrar que CES era aplicable a distintas zonas climáticas y tipos de edificación, valorizando las buenas prácticas arquitectónicas”, comenta. La exposición de estos primeros proyectos en la Bienal de Arquitectura de Valparaíso fue, además, una plataforma decisiva para su visibilización.
La evolución del sistema ha sido constante. La creación de CES Hospitales marcó otro hito importante al incorporar obras de gran escala —algunas de más de 100 mil metros cuadrados— en la lógica de la certificación. A ello se suman los Premios CES, que reconocen objetivamente tanto a proyectos certificados como a los profesionales que los lideran. Para Fernández, estas instancias han contribuido a fortalecer una cultura de la excelencia técnica y ambiental en la edificación.
En este proceso, el Instituto de la Construcción ha tenido un rol fundamental. “El IC ha sido un tremendo apoyo, entregando la infraestructura y los servicios necesarios para una gestión eficiente. La creación de la administración de CES fue posible gracias al trabajo impulsado desde la dirección del Instituto”, destaca, haciendo una mención especial al exdirector ejecutivo José Pedro Campos.
La capacidad del Instituto para articular actores públicos y privados también ha sido determinante. Al reunir a ministerios, gremios, universidades y colegios profesionales, se ha promovido una visión compartida en torno a la sostenibilidad. Esto ha facilitado el desarrollo de nuevas versiones de CES, como las que se preparan para aeropuertos, infraestructura y habilitación de edificios existentes.
Uno de los grandes anhelos de Ricardo Fernández es avanzar hacia una certificación nacional integrada. “Hoy colaboramos con el Ministerio de Vivienda en la Certificación de Vivienda Sustentable. Espero que algún día podamos contar con un sistema CES Chile que abarque todos los tipos de edificaciones e infraestructuras del país”, afirma.
Los resultados que ha tenido CES en estos años avalan su proyección. “En el libro que lanzaremos por los 10 años de CES mostramos cómo los edificios certificados tienen un menor carbono incorporado y consumen, en promedio, un 30% menos energía. Analizamos 35 edificios y encontramos una reducción de 9.600 toneladas de CO₂ equivalente y un ahorro energético de 20 millones de kWh/año”, detalla.
En el contexto del cambio climático y los compromisos internacionales, Fernández ve en CES una herramienta con potencial de alcance regional. “La resiliencia, la carbono neutralidad y la adaptación al cambio climático son desafíos globales. CES podría ser un aporte chileno relevante en la próxima COP30 en Brasil. Y si se vincula al financiamiento verde y a la taxonomía de actividades sostenibles, podría tener aún mayor impacto”, proyecta.
A nivel personal, el balance de su participación es de orgullo y satisfacción. “Hemos logrado que se privilegie el cuidado de los recursos naturales y el bienestar de las personas en las decisiones de inversión pública y privada. Hoy, el 10% de los edificios de más de 200 m² considera la certificación CES, y ya tenemos más de 600 proyectos inscritos”, comenta.
En una frase que resume su visión y compromiso, Ricardo Fernández afirma: “CES permite hacer más con menos, mejorando la habitabilidad de las personas y cuidando el medioambiente”. Una afirmación que refleja no solo una trayectoria profesional, sino una convicción profunda sobre el rol transformador que puede tener la construcción sustentable en el Chile de hoy y del futuro.