Noticias

NOTICIAS

Innovar: es la forma de construir el futuro

Mayo 8, 2025

Por Marlena Murillo, directora del Instituto de la Construcción

Hablar de innovación en el sector de la construcción parecía una conversación lejana. Métodos tradicionales, con productos cuyos plazos de construcción y operación generaban tiempos muertos que no están alineados con la actualidad. El contexto cambió. El planeta nos exige respuestas. Y la innovación dejó de ser una alternativa para transformarse en una posibilidad.

Innovar en la construcción no se trata solamente de aplicar nuevas tecnologías o patentar productos. Es también repensar procesos, métodos, materiales, sistemas constructivos. Es preguntarse cómo diseñamos, para quién construimos y cuánto impacto generamos con cada decisión que tomamos. Innovar no es solo monetizar, es también crear beneficio social.

Hoy estamos llamados a construir considerando la crisis climática. Usar eficiencia energética, materiales sostenibles y con sistemas industrializados que aseguren trazabilidad y velocidad, sin sacrificar calidad y prestancia estructural. Para ello, es muy importante el uso de normativa, y de no haberla o estar desactualizada, articular el generarla, porque si bien hay un espacio creativo en el diseño, no podemos hacerlo sin reglamentación clara, sin estándares que protejan la vida, la seguridad y el medio ambiente. En ese sentido, iniciativas como el Código Modelo Sísmico, impulsado desde el Instituto de la Construcción, son una contribución concreta no solo a nivel nacional, sino regional.

En este escenario, el vínculo entre academia, industria y Estado es clave. No basta con tener buenas ideas. Es necesario llevarlas al mercado, conectando con el usuario “real” (constructora, inmobiliaria, mandante final). Y para eso, debemos tender puentes entre quienes investigan, quienes diseñan, quienes regulan y quienes habitan. Porque construir mejor, más rápido y con menor impacto no es solo una promesa técnica: es una responsabilidad ética.

Innovar no termina con introducir la propuesta al mercado, hay todo un trabajo de transformar la cultura del habitar, el cómo implementar esa innovación. Por ejemplo, aún hay resquemor en torno al uso de materiales como la madera o el acero galvanizado en un primer piso, por ser más ligeros, que pueden ser “menos resistentes” frente al tradicional hormigón armado o la albañilería. La prestancia de un material hoy debe medirse también por su huella ambiental, su adaptabilidad y su aporte a la resiliencia sísmica y térmica. Romper esas barreras requiere educación, comunicación y políticas públicas alineadas para su implementación.

Desde el Instituto de la Construcción, seguiremos impulsando estos desafíos con una mirada colaborativa y de largo plazo; la posibilidad de trabajar con distintos colegios gremiales, ministerios, entidades académicas, institutos de materiales y empresas relacionadas, hace que se abran nuevos estadios de exploración. Porque innovar es abrir la posibilidad de construir un futuro sostenible que merezca ser habitado.


Suscríbete al boletín informativo