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Pablo Jordán: “El desarrollo urbano no es puesto aún dentro de la agenda de gestión política”

Octubre 6, 2021

Un análisis crítico sobre el desarrollo de las ciudades fue el que hizo Pablo Jordán Fuchs, socio Gerente de Consultoría de URBE Arquitectos, en una presentación realizada a los socios del Instituto de la Construcción.

En la oportunidad, indicó que el desarrollo urbano no es puesto aún dentro de la agenda de gestión política y por ende de la generación de objetivos de producción de ciudades. “Es curioso que los sistemas urbanos, las ciudades, su evolución, diseño y producción, no formen parte frontal de las miradas de ningún gobierno”, señaló.

Para ello, el arquitecto propone vincularse con los procesos de gestión de las cuidades, con una mirada colectiva de bien común y que responda a un beneficio esperado en las dimensiones económicas, sociales y culturales.

“Creo que las ciudades chilenas están en buena posición. Están en una condición de desarrollo ventajoso respecto a otros países con los cuales nos comparamos.

La ciudad chilena está provista de infraestructura, servicios como redes de alcantarillado, de equipamiento como fibra óptica, etc, es decir, la provisión de las necesidades básicas se encuentran superadas. La ciudad chilena es una de las más planificadas del mundo”, comenta.

A pesar de ello, indica que el problema es la administración de las ciudades, donde se requiere la aprobación de instrumentos reguladores para dar certidumbre a los gestores de proyectos e inversionistas.

“Un ejemplo es que la ley chilena no permite que los planificadores diseñen los perfiles de las calles, ya que la normativa es muy restrictiva frente a los requerimientos de cada territorio. Por lo tanto, hoy, el desafío no es la satisfacción de las necesidades básicas porque ya están cubiertas, sino que es lograr mejor calidad de vida para quienes habitamos las ciudades. El derecho a la ciudad es el derecho a todo, desde la naturaleza y el aire, hasta los espacios y el patrimonio”, comenta.

En cifras, la ciudad crece moderadamente, alrededor de 1,2% al año, mientras que el stock construido crece 1% al año, por lo tanto, el arquitecto señala que cuando hay tan baja expresión demográfica, los requerimientos funcionales y administrativos son perfectamente manejables porque son inferiores a los que nuestro país enfrentó en la década de los `60 que obligaba a la construcción de viviendas de emergencia.

“La excesiva recentralización de las decisiones de políticas en cuanto a normas y proyectos atenta contra la diversidad porque tiende a la homogenización de productos ya que no reconoce cultura, tradición y genera falta de certidumbre en las decisiones administrativas de la ciudad. Por otra parte, hay que enfrentar las nuevas formas de movilidad, ya que hay más personas y autos en las calles, lo que provoca mayor congestión y nuestras redes de transportes, autopistas e indicadores de viaje afectan la equidad, la productividad y la calidad de vida”.

En este sentido, Pablo Jordán señala que hay varios desafíos por delante. Uno de ellos es rescatar el patrimonio urbano, urbanístico y arquitectónico de la ciudad, no solo para conservar, sino para reproducir, generar y enseñar a las nuevas generaciones cómo hacer buenas ciudades hacia el futuro.

A ello se suma que hay que equilibrar ambientalmente el crecimiento de las ciudades, con mecanismos como infraestructura verde, reciclaje de aguas grises, creación de bosques urbanos, entre otras.

“Debemos adecuar las herramientas de ejecución y planificacion urbana. Somos buenos para hacer planes, pero no terminarlos. Por eso, el rol de los municipios y gobiernos regionales debiera aumentar, en cuanto a la asignación de recursos, formulación de proyectos de desarrollo local y sobretodo visión y gestión del desarrollo urbano, y aquí los arquitectos y planificadores tenemos mucho que aportar”.

Finalmente, indica que los cambios sociales y políticos que está viviendo nuestro país cambiarán el enfoque en la planificación urbana y territorial. “El desafío es lograr una gestión urbana que incorpore conceptos de productividad, equidad y sustentabilidad y esto demanda voluntad y riesgo”.


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